DEAnza de los millones en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo
Junio 10 del 2020

 

Pensamientos para estos días de guardar y que estamos guardados
Abril 9 del 2020

Ver cosas nunca oídas por el Valle de Tulancingo y sus alrededores

José Manuel Toscana: Excalibur

Ensoñaciones, nostalgias y etéreos momentos a: j1939t@prodigy.net,mx 


 

Julio 14 del 2020

 

 

Desde hace años, muchos años, disfruto los amaneceres de Tulancingo, al menos un par de veces por semana; es el día que no cesa mi admiración por tan esplendoroso regalo, no importa la temporada, ni el día, ni desde donde contemple el prodigio cotidiano.

**

Bajando por el sendero de El Abra, con el Sol al iniciar el día levantándose por detrás de la serranía, el contraste de la oscuridad contra el campo abierto -ya iluminándose-  no puede ser más exquisito, prometedor de bienes y alegrías, como son los amaneceres… casi siempre…

**

Ya desde Zempoala, por la autopista, el Sol es más generoso pues anuncia su llegada anticipadamente, aún hay que recorrer otros kilómetros para contemplarlo sin trabas pasando Singuilucan; desde ahí se da vuelo presumiendo coloridos ajenos a toda capacidad de creación humana; apenas una pincelada de lo que es capaz cuando se combina su tesoro de tinturas con nubes, montañas, bosques y todo lo que se atraviesa ante su poderosa presencia.


Fotografía: Ed Exil- Noël Publications 

**

Por el viejo camino a Pachuca, si bien es la misma perspectiva, las impresiones son distintas en el ánimo del admirador.  Hace tiempo, cuando era la única bajada a Tulancingo, este camino era lento, por lo que el disfrute de los amaneceres era prolongado y, sumamente hermoso por ese Valle Esmeraldino del que nada queda, sacrificado todo en aras de “el progreso” asunto que, día con día, pongo en duda, pues semejante pérdida no se repone con pavimentos, ni autopistas y otros espejismos de lo que mal llamamos progreso.

**


 

El primero de diciembre del 2000,  año del señor, luego de ver en la tele el cambio de manos –que no de mañas-  del presidente saliente priista a las de un panista iluso, un nutrido grupo de amigos asiduos a la cafetería Nochebuena de Cristóbal Durán, de toda profesión, arte, oficio o vagancia nos fuimos a comer truchas a un restorán  campestre con todo y laguna,  en San Miguel Regla … como los siempre bien organizados amigos y expertos en estas reuniones, todo salió más que bien: perfecto;  las truchas preparadas al gusto de cada quien, los antojitos previos a la comilitona, los buenos vinos y la charla animadísima  por el acontecimiento  político inusual en México, lograron una cordialidad inolvidable.


Cristóbal Durán

 

**

Al salir del comedor, nos reunimos -seríamos unos 30- para tomar la fotografía del recuerdo de ese día que vino cambiando la historia del país, aún no sabemos si para bien o mal, pero enriquecido por esa cordialidad manifiesta en todos los convocados ilusionados por ese amanecer cívico tan anhelado –por todos- durante tantos años.

**

Han pasado 20 años de esa fecha sin igual… de los amigos que comparecimos en la imagen del recuerdo, la mitad se han ido para siempre… convirtiendo ese momento en una promesa cumplida y amistades perdurables más allá de toda discrepancia que pudiera separarnos… como un amanecer interminable… de esos que en Tulancingo, son proverbiales.

www.hidalguia.com.mx